Un día sí y otro también, se escuchan y se leen las quejas de los usuarios de las instituciones vinculadas al Fondo Nacional de Salud (Fonasa) por las demoras en las consultas con médicos generales y especialistas. La indignación campea en los mostradores de las mutualistas, en los comercios y en las redes sociales, pero nadie parece acusar recibo de la situación. Por el contrario: en la despiadada disputa por más afiliados, y por «hacer finanzas», muchas instituciones subsidiadas por el Fonasa –es decir, por los trabajadores que aportan parte de su salario para garantizar el derecho a acceder a servicios de calidad– ofrecen paquetes preferenciales (o vip) para quienes pueden pagar una sobrecuota mensual.
No se trata de los cinco o seis seguros privados integrales –que están por fuera del ...
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