Amasando archivos de la danza: Reconocer el pasado, activarlo en el presente - Semanario Brecha
Amasando archivos de la danza

Reconocer el pasado, activarlo en el presente

Ante la falta de documentos históricos de la danza contemporánea uruguaya, la bailarina y creadora Carolina Guerra decidió crear el proyecto Masa, que se presentó el 6 de marzo en el Instituto Nacional de Artes Escénicas.

Rodolfo Vidal, Carolina Besuievsky y Florencia Martinelli durante la presentación de la obra Trozos del Mosaico, en el Teatro del Notariado. AGU, MAGDALENA GUTIÉRREZ

En amasandoarchivos.com.uy se puede acceder al primer archivo-colección dentro de Masa. Está dedicado al grupo Contradanza; en él se pueden encontrar videos y fotos de obras, ensayos y clases, apuntes sobre coreografías y vestuario, programas de mano y otros documentos fundamentales para comprender la historia del colectivo. Es que Masa es un proyecto de recuperación, digitalización, publicación y creación de archivos de la danza contemporánea uruguaya de entre los años 1980 y 2000. Se trata de materiales que no estaban disponibles digitalmente y ahora están al servicio de la comunidad. La dirección está a cargo de Carolina Guerra, la asistencia conceptual y de coordinación es de Carolina Besuievsky, de la asistencia de archivo está a cargo Macaé Núñez, el diseño de identidad y la gráfica de comunicación son de Fiera y el diseño y la programación web, de Venado.

Una de las curiosidades de este archivo es su presentación. Entrás a la página y te encontrás con un montón de títulos consecutivos, uno al lado del otro, sin puntos y aparte, sin ítems que los diferencien. Leés por arriba los títulos y cliqueás el que más te llama la atención. Indagás en él. Volvés a la página principal y el orden de los títulos ya es otro, totalmente aleatorio. Entonces, estás invitada de nuevo a bucear en los archivos y entrar en el que más resuene con tu deseo. Y así, todas las veces que vuelvas a cargar la página. A esto se refiere el equipo de Masa cuando habla de anarchivo, es decir, una producción contrahegemónica del relato histórico. «Si un archivo se construye desde una esfera de poder, el anarchivo pretende articular nuevas narrativas desde la posibilidad de construir relatos horizontales y orgánicos», dice el artista español Daniel Tomás Marquina.

En Masa, el carácter colaborativo de los procesos de selección, catalogación y publicación de los documentos le da al proyecto una impronta que se separa de la archivología hegemónica institucional, discutiendo y dialogando con un relato sobre la historia de la danza, que entienden que ha sido fuertemente atravesado por un discurso colonizador. «Este archivo no busca establecer un relato único ni un orden cronológico, ni procede a una jerarquización de sus documentos. Por el contrario, busca liberar una masa de documentos desjerarquizados que cada interlocutor amasará y leudará según sus exploraciones, intereses y necesidades particulares.»

En este primer archivo-colección se nuclearon cerca de 400 archivos, de los que se hizo una selección. Se encuentra dedicado al grupo de investigación, creación y formación de danza contemporánea Contradanza, que estuvo activo entre los años 1986 y 2000 en Montevideo. Es uno de los grupos locales que más han producido y formado artistas, generando discursos escénicos particulares que nos interpelan de maneras diversas. Con influencia de la danza teatro alemana y de la danza posmoderna norteamericana, han logrado generar un discurso escénico y de movimiento propio, atravesado por la realidad sociopolítica del Uruguay de mediados de los ochenta. En sus años de producción, dejaron en claro que existe una forma de hacer danza contemporánea que pertenece a nuestro país, que nos es propia. En obras como Insinuaciones en el estuario, Vestidos y mascotas, Trozos del mosaico y Entre sueños se deja ver su singular modo de vincularse tanto con la forma como con el contenido. Este colectivo fue creado por Malena Brenes, Mariana Di Paula y Florencia Varela. Entre 1987 y 1998, se fueron uniendo Carolina Besuievsky, Verónica Steffen, Andrea Arobba y Florencia Martinelli, con la dirección artística a cargo de Florencia Varela. En 1995, crearon un espacio de formación en danza que formó a una gran cantidad de bailarinas y bailarines activos hoy en la escena montevideana, y marcaron un camino posible dentro de la historia de la danza contemporánea del territorio uruguayo y de la región. A principios de los dos mil, el grupo dejó de estar activo y sus creadoras continuaron construyendo y deconstruyendo individualmente su camino. Años después, en 2011, se volvieron a juntar en una obra que se llamó Bandada, en la que planteaban la posibilidad de borrar las fronteras de lo individual y lo colectivo para reflejar aspectos de nuestra identidad.

Conversamos con Carolina Guerra sobre cómo fue el proceso y la importancia de que estos materiales estén disponibles.

—¿De dónde surge el interés por el archivo?

—Yo siempre estuve muy interesada por todo lo que tiene que ver con archivo de danza, tengo una especie de obsesión. También resulta que en Uruguay hay una carencia de materiales que den cuenta de nuestra historia de la danza. Cuando empezaron a existir la Escuela Nacional de Danza Contemporánea del SODRE, el IPA de Danza y la Licenciatura en Danza Contemporánea de la Universidad de la República, me preguntaba qué iban a investigar les estudiantes, dónde estaba el material. Todas las personas que nos formamos antes de que existieran estas carreras lo hicimos de forma independiente, y había y hay un montón de conocimiento que fue circulando de una manera informal, que no estaba sistematizado.

—¿Cómo surge Masa?

—Masa tiene varios antecedentes. El primero es el Libro de la danza uruguaya, que hicimos en 2015 con dos colegas muy amigas que son Lucía Naser y Vera Garat. La idea de este libro fue un poco la misma que la de Masa: recopilar lo que ya existe y hacerlo aparecer en el medio con una impronta desjerarquizada, sin categorías. Encontramos que esa manera le hacía un poco de justicia a esa diversidad. Después, en 2017, hicimos otro que se llamó Pasá la práctica, un proyecto que quedó más desdibujado, en el que hicimos un archivo de ejercicios de danza que daba cuenta de los cruces, del conocimiento boca a boca. Unos años después, Carolina Besuievsky me dice un día: «Tengo una valija llena de VHS en casa y digitalicé un par en un quiosco». Ahí se me prendió la lamparita. Nos dimos cuenta de que estaba bueno que fuera un archivo que se pudiera compartir, no solo digitalizar para guardar y conservar, sino democratizarlo.

—¿Por qué empezaron por Contradanza?

—A mí me hacía mucho sentido que fuera Contradanza porque fue pionero en muchas cuestiones de lenguaje, en usar la improvisación como método de creación, en hacer escuela, en cruzar sus obras con artistas de otros palos. Por otro lado, siento que tiene algo que ver con devolverle algo como forma de agradecimiento por todo lo que generó, toda la gente que formó.

—¿Cómo fue el proceso de búsqueda de los materiales?

—El procedimiento fue juntarnos varias veces en la casa de alguna de ellas, abrir las cajas que estaban ahí desde los ochenta o los noventa, ver qué había, seleccionar y visionar esos materiales. Y luego, hacer todo el ejercicio con ellas de la descripción del material. Esto fue de febrero a noviembre, fuimos mandando en tandas al laboratorio del Lapa para que se vayan digitalizando. En paralelo, íbamos haciendo todo el proceso de la web.

—¿Cómo fue el trabajo con ellas?

—Fue un proceso intenso, hubo una explosión de memorias que tenían que ver, también, con los momentos de sus vidas más allá de las obras, que también son parte del archivo, y eso le da una densidad. Ellas pusieron en práctica la memoria viva, la memoria de sus cuerpos, y surgieron anécdotas y encuentros muy emocionantes y conmovedores.

—Masa se plantea como un proceso de anarchivo

—Sí. Este proceso tiene que ver con desarchivar para volver a archivar, pero de una forma que rompa con las reglas institucionales de cómo debe ser un archivo. En vez de que quede todo clausurado y guardado, la consigna de Masa es liberarlo para activarlo, hacer actividades con el archivo para que eso siga vivo, que se pueda seguir tocando de alguna manera. Por eso también se llama Masa, una cosa que no tiene una jerarquía, que no tiene una única forma, que no tiene un orden de ningún tipo, simplemente está ahí y la gente puede entrar a meter las manos en la masa.

—¿Qué otras colecciones se vienen?

—La idea es trabajar con la Escuela de Danza Contemporánea de Melo, de María Elvira Corbo, que este año cumple 40 años. Y Babinka, que es un grupo cooperativo que estuvo en la misma época de Contradanza, incluso previamente, y tuvo una historia muy potente en cuanto a cómo se organizaba.

—¿Qué significa Masa para vos?

—Para mí hacer Masa es un gesto de hacerle justicia a un conocimiento, a lo que hay, a esa gente que hizo. Es afecto y afectación, conmoción en el sentido de conmover y de con-mover, moverse con. Es devolver como una forma de agradecimiento a todo eso que sucedió.

—¿Cuál es la importancia de que los archivos estén disponibles?

—Tiene que ver con hacer visible lo invisible, sobre todo para las últimas generaciones. Creo que sienta un precedente pensando más en las cuestiones políticas; la importancia del archivo como algo que aparece para dar cuenta de algo: esto existió, está acá y se puede ver. Permite reconocer el pasado y activarlo en el presente para que construya futuros posibles.

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