La ciudad está llena de política. Caminando por 18 de Julio, se suceden los puestos que juntan firmas contra la Ley de Urgente Consideración (LUC). Uno en la plaza Cagancha, otro frente a la intendencia, otro en la Plaza de los Bomberos. Llegando a la feria de Piedras Blancas, se ven militantes de a dos, con una carpetita, juntando firmas. Una vez dentro, caminando, aparecen dos puestos: el primero, forrado del celeste de yofirmo.uy; el otro, ambientado con guitarra y parlante. En la otra punta de la ciudad, ese mismo domingo, también en la feria de Herrera y Reissig hay varios puestos cazando firmas. Los comités de base están abiertos, y, en las redes, se suceden las fotos y placas que promocionan formas de firmar.
Es la culminación de un proceso que lleva más de un año. Gustavo Hellbusch, integrante del Comité Ejecutivo de FENAPES y miembro de su filial Colonia del Este, cuenta: «Esto no se inicia con la recolección de firmas, sino con todo el período de análisis y discusión». Según Hellbusch, la LUC «tuvo más discusión a la interna del movimiento sindical y las organizaciones sociales que en su tratamiento en el Poder Legislativo». El resultado de estas discusiones fue «definir mayoritariamente que el camino no debía ser del PIT-CNT en soledad, sino que necesariamente había que contar con la fuerza político-partidaria, y asumir que no se podía ir contra todo el articulado». Así nació la campaña Yo Firmo, por la derogación de 135 artículos de la LUC, que es organizada por la Comisión Nacional Pro Referéndum, de la que participan la central sindical, el Frente Amplio (FA), la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam), la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y la Intersocial Feminista, entre otras organizaciones. En otros espacios, se dio la misma discusión, pero con otro resultado. Ernesto Alves, del grupo de trabajo Contra la LUC del Mercado Popular de Subsistencias (MPS), expresa: «Se dio una discusión interesante dentro de la organización, en la que hubo confrontación de la buena», y se definió «ir por las dos campañas», es decir, la ya mencionada derogación parcial y también la total, promovida por la Coordinadora Contra Toda la LUC. Este proceso permitió que en el mercado se encuentren «entre militantes de diferentes tendencias».
La campaña comenzó lentamente en diciembre de 2020. Entre febrero y marzo repuntó. Carla Méndez Klein, del sindicato de Indian-Parisien (Fuecys), contó a Brecha que en esos primeros meses hubo un «aluvión de firmas, donde todos los convencidos venían y firmaban, la firma se juntaba prácticamente sola». Pero en seguida la situación sanitaria se agravó, lo que, según Amira Fagúndez (delegada de la FEUU en la Comisión Nacional Pro Referéndum), produjo «un parate bastante fuerte», que obligó a «reformular la militancia». El Primero de Mayo fue «un punto de inflexión», como lo describe Hellbusch, «no solo por la cantidad de firmas que se pudieron juntar, sino porque se logró crear un funcionamiento de cómo ir hacia la búsqueda de firmas en las barriadas».
Fagúndez ve, en esta recta final, una ola de entusiasmo: «Ya no es que con las mesitas vas y juntás diez firmas, sino que juntás 100 en un par de horas. Hay un movimiento mucho mayor y una disposición más grande de la gente. Es el momento de jugársela toda». Por otro lado, para Magela González, del MPS, «esta última instancia es más cuerpo a cuerpo y requiere un poco más de detenimiento» para conversar con la gente. Gustavo González, dirigente de Fucvam, advierte: «Al que dice “Todavía tengo tiempo”, le digo que el tiempo es hoy».
PROBLEMAS Y CREATIVIDAD
La campaña se ha encontrado con muchos escollos. El principal de ellos: la pandemia. Hellbusch explica: «No nos podemos permitir que en este contexto haya focos vinculados a la campaña de recolección de firmas». Esto enlenteció y complicó tanto las discusiones previas como la campaña en sí. Gustavo González manifiesta: «Si hubiéramos podido juntar firmas en un estadio lleno o en los tablados, esto habría sido más fácil. Hemos tenido que aguzar la creatividad; por ejemplo, Covitea, de la Teja, y también cooperativas en Paysandú han hecho deliveries que te llevan la papeleta a tu casa». El dirigente también reconoce que la campaña ha tenido problemas financieros, por lo que «no pudimos tener la propaganda televisiva, que hubiera sido ideal»; entonces, se dependió de «las redes y el boca a boca». «Hubiéramos deseado que más dirigentes políticos hubieran salido a decir que hay que firmar», se lamentó. Fagúndez agrega: «Los medios tampoco han dejado discutir esto, solo de vez en cuando ponen alguna cosita, muy chiquita».
Quienes han salido a juntar firmas se han encontrado con mucha desinformación. Fagúndez da un ejemplo: «Me ha pasado de pedirle a alguien que firme contra la LUC y me responde “¿Contra la luz?”». Julieta Zidan, militante del comité 28 de Noviembre y del PVP (FA), explica que «la tarea ahora es ir a hablar con la vecina y con el vecino, conversar puerta a puerta. Eso genera una dinámica muy particular; de repente estás media hora conversando con un vecino y discutiendo de seguridad, educación o derechos laborales». Sigue: «Hay mucha gente que quiere tener información antes de tomar una decisión. También, mucha gente que toma la decisión en el momento. Eso habla de la potencia que tiene este diálogo cara a cara». Méndez Klein resalta que para enfrentar esto fue necesario prepararse y estudiar el articulado. Para Fagúndez, es importante explicar que firmar «no es ponerse ni a favor ni en contra, sino que es habilitar el espacio para la discusión, para que después la gente pueda votar el sí o el no».
También se hace difícil llegar a todo el territorio. Gustavo González cuenta que «en el interior es muy desparejo. Una cosa es Paysandú y Salto, o Juan Lacaze, que ha firmado muy bien. Pero nos falta fuerza, por ejemplo, en la zona del santoral, que es muy dispersa». Zidan explica: «Cada coordinadora del FA distribuye los territorios por comités de base, intentando cubrir todo, con planes semanales para no pisarse. Hoy en día cada comité de base, por fin de semana, estará acumulando 80 firmas. Hay un despliegue organizativo y territorial que está siendo bastante efectivo». Fagúndez resalta que «cada organización tiene un territorio donde está mejor inserto y los otros no»; agrega que se hace todo un trabajo de procesar «las papeletas para poder ver dónde hay más firmas o menos firmas, y, según la cantidad de gente que vive en cada barrio, sabemos a dónde hay que reforzar. Por ejemplo, Manga o Toledo Chico».
Méndez Klein cuenta cómo los trabajadores de tiendas «tenemos un grupo de compañeros de Toto, Guapa, H&M, Renner, Parisien y Nuvó; nos reunimos los viernes y planificamos toda la semana, y nos ponemos metas y lugares. Todos los días estamos poniendo mesas». Hellbusch dice que en esta campaña ha visitado Río Negro, Soriano, Rivera, Canelones, Flores y todo el departamento de Colonia. Y resalta que los vacunatorios son «lugares propicios». Alves y Magela González resaltan que el MPS ha trabajado «en iniciativas para poner el tema en discusión a nivel barrial» y en ofrecer lugares para firmar a quienes «no encuentran donde firmar por la derogación total». Desde Barcelona, Elisa Failache relata que empezó a averiguar cómo juntar firmas desde allá, y que, al consultar en el grupo de Whatsapp Ecomité del FA, supo que se estaba organizando publicar desde yofirmo.uy los contactos de personas que juntaran firmas fuera del país. Aprovechó que un amigo que vive con ella viaja a Uruguay a fines de junio para enviar las firmas con él. Cuenta que se ha pasado mañanas enteras recorriendo Barcelona juntando firmas, y que le van a llegar firmas desde Francia, Berlín y Mallorca.
Otro escollo para la juntada de firmas es registrar correctamente la huella digital. Méndez Klein cuenta que fue necesario hacer un taller a través de Zoom con «compañeros de la Corte Electoral, que nos explicaron todos los detalles». Zidan explica que el FA «acumula todas las firmas que recolecta, y las pasa a chequeo, donde tiene su propio análisis de huella. Cada firma tiene su seguimiento para poder consultarle a la persona en caso de que haya un inconveniente y tenga que volver a firmar».
La militante frenteamplista ve un repunte en el «estado anímico de la militancia en los comités, que, se llegue o no se llegue, ha despertado y no tiene vuelta atrás. Eso es un puntapié para otras cosas. La masa frenteamplista se le está parando de manos a este gobierno». Gustavo González coincide: «Los grandes triunfadores de esto van a ser los militantes de base, de los comités, los sindicatos, las cooperativas, las organizaciones feministas, todos los que no salen en la foto, pero que son los imprescindibles». Para Méndez Klein, «la LUC es una gran locomotora, que lo que hizo fue mover los engranajes de la militancia consciente, del día a día, de base. Hizo que salga todo el mundo a aportar desde su lugar para levantar firmas». Y Fagúndez da un mensaje: «La FEUU y los centros de estudiantes son espacios abiertos para construir con todo el estudiantado. Están a tiempo de sumarse en la campaña, de poner su granito de arena». Agrega: «Nosotras estábamos decididas, cuando largamos con esto, a recontactar con una población que estaba muy alejada de las organizaciones, con un gran descreimiento. También nos moviliza el objetivo político de recomponer un tejido social que está muy debilitado». Hellbruch y Alves, por su parte, resaltan el aprendizaje que esta campaña significa para la militancia. Y Méndez Klein se emociona al contar: «Las vecinas que nos ven poner la mesa nos dicen “Estamos a las órdenes, sabemos la militancia que están haciendo, tienen el baño a las órdenes, si tienen que calentar el agua…”, nos arriman bizcochitos. La solidaridad del pueblo uruguayo con la militancia consciente es increíble. Y gracias a eso se hace mucho más fácil la recolección de firmas».
El próximo jueves 17 va a haber un paro general. En ese contexto, se va a hacer un despliegue de esfuerzos que se prevé similar al del Primero de Mayo. Por ejemplo, Fuecys planea poner ese día 45 mesas de recolección, mientras que Fucvam pondrá 93. Se espera que unos días después haya una conferencia de prensa en la que se anuncie el número alcanzado para la derogación parcial. Quedarán todavía unos días para juntar firmas antes de la fecha límite del 9 de julio, aunque se espera entregar las firmas alcanzadas unos días antes para evitar problemas. Las encuestas dan que hay suficiente gente dispuesta a firmar, pero el desafío logístico que implica llegar a ellas en tiempo de pandemia hace que todavía haya incertidumbre sobre si habrá referéndum. De lo que no queda ninguna duda es de que la militancia va a echar el resto en este repecho final.
FA cambia el pulso opositor
El viernes 4 de junio, la Mesa Política del Frente Amplio expresó en una declaración su decepción por los resultados de la reunión del presidente de la república con la comisión de seguimiento de la pandemia del Senado. La declaración da cuenta de que la posición del presidente implica que no habrá «ni medidas de reducción de la movilidad social, tal como reclamaba el GACH [Grupo Asesor Científico Honorario], ni compensaciones económicas a las familias y a las pequeñas empresas y con mayores dificultades», y, por lo tanto, se impulsarán, «en los próximos días, acciones políticas y parlamentarias para exigir las responsabilidades correspondientes». Como consecuencia de esto, tres días después la bancada frenteamplista en el Senado resolvió interpelar a los ministros Daniel Salinas (Salud Pública) y Azucena Arbeleche (Economía). El miembro interpelante será Daniel Olesker, del Partido Socialista.