A diferencia de lo que ocurre en el presente, el inicio de la última campaña electoral encontraba al ahora gobierno en una posición inmejorable. Después de tres períodos de administraciones frenteamplistas, eran varios los flancos abiertos en los cuales machacar. Por entonces, uno de los puntos predilectos se relacionaba con la lenta marcha de la economía y la carga que suponía un Estado pesado e ineficiente. Esa idea se había logrado sintetizar en una frase simple pero contundente: «No se trata de cortar carne sino grasa».
La coalición multicolor accedió al gobierno con la bandera de achicar el Estado, pero con el paso del tiempo aquella prédica fue perdiendo fuerza. En los primeros años se efectuó un recorte del gasto público que se tradujo en una baja del déficit fiscal, pero los analis...
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