No se
entiende qué esconde el conflicto de Montevideo Gas.
Queda clara la actitud del concesionario, la estatal brasileña Petrobras, que
sigue lanzando combustible al fuego. Queda clara la determinación del sindicato
y el Pit-Cnt. Queda clara la
actitud del gobierno, que pretende negociar una salida, pero que descarta de
plano cualquier estatización de la empresa.
La contradicción surge porque
Petrobras anuncia que desea abandonar el país, pero no hace las valijas e
incrementa la escalada: a los primeros cuatro despidos, suma otros siete y pone
en la gatera a 53 trabajadores, sancionados por haber impulsado la ocupación de
la planta con control obrero durante 12 horas; esas sanciones habilitan el
despido.
Mientras
dos trabajadores mantienen desde hace 24 días una huelga de hambre, el
sindi...
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