Los salarios y el modelo de la desigualdad: Socialización de las pérdidas - Semanario Brecha
Los salarios y el modelo de la desigualdad

Socialización de las pérdidas

EL PUNTO DE PARTIDA

Cuando asumió el gobierno actual, se venía de un proceso de crecimiento del salario real continuo durante 15 años. Este crecimiento fue del orden del 63 por ciento –con un acumulativo anual de 3,3 por ciento–.

Al mismo tiempo hubo, en el segundo gobierno, un aumento diferencial para los salarios más bajos de cada rama de actividad, y esto implicó, además de crecimiento salarial, que cayera la desigualdad al interior de la clase trabajadora, y esto incidió de manera relevante en la desigualdad general. Del 100 por ciento de la reducción de la desigualdad en los 15 años de gobierno, 85 por ciento, es decir, casi la totalidad, se dio en el segundo gobierno.

CONTEXTO DEL SALARIO REAL EN EL GOBIERNO

El gobierno desarrolló una política salarial cuyo objetivo era reducir el salario de los trabajadores con el fin de recuperar la ganancia empresarial, en especial del gran capital concentrado.

El gráfico 1 muestra el salario real promedio, tomando como base el año 2019, y nos dice que este cayó 3,7 por ciento en los tres años siguientes.

Es de hacer notar que, si agregamos el año 2023, tenemos un proceso de recuperación del salario real desde el último trimestre de 2022 y durante 2023, pero aun hoy el salario real está por debajo del de 2019.

LA PÉRDIDA SALARIAL DE ARRANQUE

Al inicio de este gobierno, con el pretexto de la pandemia, la caída del PBI y las dificultades de movilización, el gobierno estableció lineamientos salariales sin negociación. Ello implicó que no hubiera aumentos en julio de 2020 (más allá de los correctivos de convenios firmados en el gobierno anterior), que hubiera un ajuste del 3 por ciento a aplicarse en enero de 2021, que las empresas, bajo ciertas razones, podían diferirlo a abril, y un pseudocorrectivo final por inflación al 30 de junio de 2021, que descontaba del correctivo el porcentaje de disminución del PBI que se registrara en 2020. No es un correctivo, de hecho, deslegitima su concepto, y nunca había sucedido antes. Resultado: caída salarial promedio de 4,2 por ciento.

Hubo algunos sectores de actividad que negociaron la renovación de sus acuerdos salariales en 2020 y lograron acuerdos diferentes a la pauta general impuesta. En algunos casos, se logró evitar la pérdida de poder adquisitivo y, en otros, tuvieron una caída en el primer año y aseguraron para el siguiente la recuperación completa de lo perdido.

LA NOVENA RONDA

En una nota que publiqué en Brecha (16-VII-21) analicé la novena ronda. Allí mostré cinco cosas que repaso:

1. La pauta habló de sectores muy afectados por la crisis y de otros poco afectados. ¿Es verdad que hubo dos situaciones? Falso, ya que no tuvo en cuenta que hubo sectores que aumentaron sus ganancias durante la crisis y esos grupos no fueron considerados.

2. Para los sectores más afectados y que, en general, pertenecen a los sectores de menores ingresos, se propuso otro convenio puente de un año, por lo que tuvieron otra pérdida salarial que se suma al 4,2 por ciento y llega a un orden del 7,5 por ciento.

3. Como criterio general, la recuperación es de un 1,6 por ciento de salario real en dos años, o sea, solo el 40 por ciento de lo perdido.

4. Asimismo incluían un correctivo de inflación al final, condicionado a la evolución del empleo sectorial y que, por ende, no era para todos, cosa que tampoco había sucedido antes.

5. Por primera vez desde que hay consejos de salarios, plantearon ajustes diferenciales para las microempresas, de modo que terminarían recuperando un 1 por ciento en un período de dos años, en lugar del 1,6 por ciento del resto de las empresas.

CÓMO SE LLEGA A LA NEGOCIACIÓN ACTUAL

Según un informe del Instituto Cuesta Duarte (ICD), de las 164 mesas que van a estar negociando en esta etapa, 110 (unos 385 mil trabajadores) tienen pendiente al menos una parte de la recuperación y, por ello, su salario real se encuentra por debajo del nivel de 2019. La mayoría llega con un monto pendiente de recuperar del 2,6 por ciento (4,2 por ciento de pérdida versus 1,6 por ciento de recuperación).

LOS LINEAMIENTOS DE LA DÉCIMA RONDA

• Plazo: dos años (julio 2023-junio 2025).

• Ajustes semestrales por inflación proyectada más componente de recuperación.

• Recuperación total del salario real perdido en pandemia y no recuperado en la novena ronda.

• La cadencia de la recuperación salarial se propone que sea diferencial según la magnitud de la pérdida pendiente (en las mesas en las que la recuperación pendiente sea menor al 2 por ciento se propone que se haga en tres cuotas semestrales iguales y consecutivas desde julio de 2023 y en las mesas en las que la recuperación pendiente sea igual o mayor al 2 por ciento se propone que se realice en tres cuotas semestrales iguales y consecutivas desde enero de 2024).

• Correctivos anuales de inflación.

ANÁLISIS DE LOS LINEAMIENTOS

Estamos ante lineamientos absolutamente insuficientes para la realidad salarial en un contexto de crecimiento económico. Primero, no se propone ningún tipo de crecimiento para los sectores con alto dinamismo económico, algunos de los cuales ya recuperaron la pérdida de 2020, solo se les propone la inflación esperada. Segundo, habrá sectores que tuvieron mayores pérdidas (los sectores en problemas) que no tendrán ni siquiera la recuperación al final del lustro. Terminarán con pérdida salarial. Tercero, no hay nada diferencial para los salarios menores; el informe del ICD sobre salarios sumergidos (que ganan menos de 25 mil pesos líquidos) dice que hay 100 mil ocupados más con dichos salarios que en 2019. Cuarto, los lineamientos anuncian que en la próxima ronda se quiere diferenciar a los sectores transables (ligados al comercio exterior) y no transables (no ligados al comercio exterior), lo cual abre una nueva brecha de flexibilización que se suma a la de diferenciar las empresas por tamaño.

El compromiso asumido por el gobierno fue llegar al salario real de 2019 en 2024, y lo cumplirá, pero es un compromiso absolutamente concentrador de la riqueza y debería avergonzar al gobierno, no enorgullecerlo. Por dos razones: primero, porque lo perdido en estos años nunca se recuperará y segundo, porque la recuperación se da en un contexto de una economía en crecimiento.

Sobre lo primero, he estimado que la pérdida en el proceso está en el orden de un salario y medio promedio por persona en estos primeros tres años y medio. Sobre lo segundo, los datos del lustro son: el salario real crecerá cero, el empleo crecerá 4,3 por ciento (estimación del gobierno en esta rendición de cuentas) y el PBI crecerá 8,7 (con la misma estimación del gobierno). Por ende, la masa salarial (empleo y salario juntos) caerá con relación al PBI.

El gráfico 2 nos muestra que la masa salarial sobre el PBI perderá casi 4 puntos de participación. En un trabajo del economista Fernando Isabella se calcula que, en los primeros tres años, la transferencia del trabajo al capital fue de 1.000 millones de dólares.

En síntesis, las pautas salariales son un componente central del modelo de la desigualdad que en 2020 socializó las pérdidas y que en 2021 y 2022 privatizó las ganancias.

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