Imagino que no debe ser fácil estampar en el papel la impronta de una emoción, de un sentimiento, de una sensibilidad. Menos provocar algo con ello, porque caer en el cliché, en lo ya dicho, en lo cursi es más que sencillo –especialmente en tiempos de redes sociales, en los que todo resulta efímero, rápido y envejecido–. Para nuestra fortuna, hay escritores que gambetean el lugar común y logran alcanzar las fibras más humanas de sus lectores. Hay páginas como las de El bar de los pájaros y otros relatos, gol literario que nos trae Agustín Lucas de la mano de Sujetos Editores.
Si bien el fútbol impregna una escritura repleta de pena y gloria, la colección excede los límites de la cancha. Ese deporte que tanto marca nuestra identidad, esa pasión que cualquier hincha puede reconocer en las vo...
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