Es cierto que podemos militar y avanzar, asumiendo y administrando postergación y carencias. La actividad sindical es una continua lucha por lo que entendemos nos corresponde y que la mayor parte de las veces se nos niega y posterga. Pero no es menos cierto que nuestro margen de tolerancia tiene su límite, y que este fue sobrepasado con la lectura del artículo de Samuel Blixen “El desguace”, en Brecha del pasado 18 de agosto.
Miopía, torpeza, mala fe, peores fuentes y baja tensión lumínica son situaciones que, si se padecen todas juntas, pueden justificar que se califique como de “opaca” y de “tercerización” la relación entre el Brou y República Microfinanzas.
Echemos un poco de luz. República Microfinanzas se origina a propuesta de nuestro sindicato, y es el fruto de un largo camino recorrido por Aebu tras la crisis de 2002. Fueron ocho años de lucha para lograr la reinserción laboral de las trabajadoras de la antigua Riloman SA como una unidad externa del banco, cien por ciento propiedad del Brou y bajo la égida de un mismo directorio.
Sus cometidos son: a) atender el segmento de los emprendimientos que, por tener bajo grado de formalización, sin división del trabajo, sin contabilidad suficiente y sin separación entre los recursos familiares y los de su unidad económica, quedaban excluidos del sistema financiero formal; y b) prestar servicios de complementación al banco en la gestión de mora temprana y en sus canales digitales.
En la actualidad República Microfinanzas ocupa a 160 trabajadores, de los cuales el 90 por ciento está afiliado a Aebu. Las compañeras y compañeros que trabajan en esta empresa y el Consejo del Sector Financiero Privado de Aebu sabemos que no somos parte ni responsables de una “onda tercerizadora”, y mucho menos precarizadores de condiciones salariales y laborales. Por el contrario, con orgullo tenemos muy patente el punto de partida y el estado de situación actual, pero sobre todo el camino minado de dificultades que juntos recorrimos. Sin mayor amparo que el fruto de nuestra lucha y persistencia, sin los beneficios de la red de contención que todo lo facilita y que consecuentemente todo simplifica a los ojos de sus beneficiarios.
Durante este mes de agosto fueron ineludibles las referencias a los 15 años transcurridos desde la mayor crisis económica que recuerda nuestro país. La enorme responsabilidad y concepción integradora con la que nuestro sindicato enfrentó esa dramática circunstancia no le hicieron mella a nuestra inclaudicable conciencia de clase. Esa que mucho les falta a quienes hoy señalan a República Microfinanzas.
Consejo del Sector Financiero Privado de Aebu