En una sala liceal atestada de papeles, tres profesores hunden sus cabezas enajenados en el trabajo burocrático, mientras un amenazante coro de polillas canta en latín degenerado, presto a la destrucción. Se trata de una tragicomedia de filiación absurda, último trabajo de la escritora y docente Sandra Escames, que en 2021 obtuviera el primer premio nacional a las letras dramáticas. La recicladora de papel representa, con ironía y humor, la pertinencia de sentido –o su falta– del sistema educativo actual. Los dos actos en los que se desarrolla la intriga transcurren en un espacio decadente y extraño a la enseñanza: «De modo que la sala parezca el depósito de una editorial o de una biblioteca», acaso metáfora de las perimidas instituciones modernas que el simulacro presente de cambio no tra...
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