La troika integrada por el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo no paran de exigirle a Grecia nuevas “reformas estructurales” para entregarle fondos que sirven esencialmente para que Atenas pague la deuda que tiene con la propia troika. El único país que osó en su momento plantar cara a los organismos internacionales de crédito está pagando con creces la osadía, y lo que es más, con la aquiescencia de un partido como Syriza y un primer ministro como Alexis Tsipras que llegaron al gobierno para aplicar una política diametralmente opuesta a esta que están conduciendo ahora.
Syriza ya había aceptado dejar de lado prácticamente todo el programa con el que accedió al gobierno en 2015 tras una pulseada que incluyó un referéndum en el que más del 60 por ci...
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