Consultado por este semanario, Méndez no quiso hacer declaraciones sobre ese punto, aunque no confirmó ni rechazó la noticia. Hasta hace pocas semanas asesoró al ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, en temas vinculados a la matriz energética (de hecho, como consultor fue presentado por el jerarca el día que asumió al frente de esa cartera). Lo cierto es que desde hace un par de semanas Méndez comenzó a trabajar con un equipo de colaboradores en el marco del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático, un organismo coordinador creado en 2009 y que funciona en la órbita del Ministerio de Vivienda (Mvotma).
La idea, de acuerdo a las consultas realizadas por Brecha, es que Uruguay llegue bien preparado a la Cumbre sobre el Cambio Climático que se realizará en diciembre en París, donde las grandes potencias esperan concretar un compromiso vinculante para reducir las emisiones de gases tóxicos a partir de 2020. La intención del gobierno es que Uruguay llegue a la cumbre convertido en un “modelo de referencia” a nivel internacional, por los cambios en la matriz energética en favor de las energías renovables. Lo que no está definido es cómo se insertará la secretaría en el esquema actual, cuál será su institucionalidad (si estará inserta en la Presidencia, por ejemplo), y cuáles son sus potestades para hacer frente a ministerios con intereses disímiles, como Industria, Ganadería, Transporte y Medio Ambiente. De hecho, Méndez comenzó una ronda de entrevistas con varios ministros para adelantar el rol que tendrá la secretaría y cómo deberán estar alineadas las carteras. Pero además el gobierno tendrá que resolver cómo evitará la superposición de tareas con dos direcciones actuales con cometidos similares: la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), a cargo de Alejandro Nario, y la Dirección Nacional de Agua (Dinagua), a cargo de Daniel Greif. En principio, una parte del cuerpo técnico de la Dinama quedaría a cargo de Méndez.