Lawrence Pezzullo, embajador de Estados Unidos en Uruguay entre 1977 y 1979, se propuso un trabajo hercúleo: convencer a los militares uruguayos de que un trueque de prisioneros al mejor estilo Guerra Fría atenuaría la campaña internacional por la violación sistemática de los derechos humanos; sugería los nombres de los dirigentes comunistas José Luis Massera y Jaime Pérez, la militante del Partido por la Victoria del Pueblo Ana Inés Quadros y el pianista y montonero argentino Miguel Ángel Estrella como candidatos uruguayos de un posible intercambio.
Para encubrir el objetivo primordial, el Departamento de Estado elaboró una intrincada estrategia que pretendía involucrar al gobierno soviético y, por medio de este, al gobierno cubano. El diplomático radicado en Montevideo propuso al disiden...
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