Desde hace tiempo, la afirmación de que no existe margen para aumentar la carga tributaria se ha convertido en una suerte de dogma que es repetido por economistas, políticos y actores empresariales de distinto signo en nuestro país. La idea de que el sistema fiscal alcanzó su techo se ha instalado con fuerza, incluso en un contexto de crecientes desigualdades y demandas sociales insatisfechas. Sin embargo, fuera de fronteras, el clima político y económico empezó a virar en otra dirección. En 2024, Brasil dio un paso inédito al proponer, durante la cumbre del G20, la necesidad de un impuesto global a los «superricos». Ese país se encuentra discutiendo, además, un mayor gravamen sobre determinadas transacciones financieras. No es el único. Chile, México, Francia y España son algunos de los q...
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