El libro se estructura en dos partes con varios capítulos, además de un epílogo y una coda escritos por tres autores. El título anticipa uno de los problemas que aborda, el de la mirada, y también una posición: quienes miran son ellos. La elección del pronombre personal no es solo un gesto provocador, es la puesta en marcha para el devenir crítico del pensamiento animalista y antiespecista. Cada uno de los siete capítulos empieza con citas de diferentes autores, desde filósofos hasta narradores y músicos. Esta polifonía de voces, perspectivas y conceptualizaciones está presente a lo largo de todo el ensayo y es lo que le permite al autor articular de forma dialógica los distintos problemas que componen la cuestión animal.
La primera parte –«Teorías»– comienza con un capítulo dedicado a la ...
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