En la extensa jornada del martes 28, los diputados asumieron que el proyecto de ley de financiamiento de la democracia que aprobaron en términos generales no es el mejor, pero es el que pudieron acordar. Si bien ha sido evidente el disímil nivel de prioridad que cada partido otorgó al tratamiento del tema –con el Partido Nacional (PN) y Cabildo Abierto (CA) en el fondo de la tabla–, hay consenso en que la aprobación de la ley será una señal muy positiva del conjunto del sistema político hacia la sociedad e implicará –si se implementa adecuadamente y se dota de recursos a los organismos encargados de los controles y las sanciones– un avance largamente reclamado en materia de transparencia, prevención de la corrupción y equidad en la participación democrática.
La historia de la discusión es ...
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