Hay autores que comprenden que en los títulos de sus libros se halla la primera oportunidad de juego con las expectativas del lector. Los hay obvios, difusos, rebuscados, pero también encontramos –y Ramiro Sanchiz es un adepto a estos– aquellos títulos que inducen al equívoco (parcial) o que, por lo menos, suscitan la indecisión. ¿Se refiere a lo que creemos que se refiere? Primero no, luego sí, finalmente, cómo saber. Cualquier lector medianamente conocedor de nuestra narrativa tiene presente que Felisberto Hernández se ganó el sustento –durante casi una década– ofreciendo conciertos por pequeñas ciudades del interior de nuestro país y de Argentina. Por eso es natural que mientras el potencial lector de Un pianista de provincias repasa el mencionado paratexto intuya referencias, enlaces y...
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