Diez días después de que el Tribunal Supremo de Justicia aceptara ocuparse de la versión más reciente de la veda impuesta por el gobierno del presidente Donald Trump a los viajeros de seis países de mayoría musulmana, más Venezuela y Corea del Norte, la Casa Blanca anunció que aceptará refugiados de 11 países calificados como de “alto riesgo”, pero aplicará medidas más estrictas para detectar posibles terroristas y criminales.
Oficialmente no se indicó cuáles son estos países, pero la prensa estadounidense, citando a funcionarios con conocimiento del asunto, ha indicado que se trata de Egipto, Irán, Libia, Sudán del Sur, Yemen, Sudán, Irak, Mali, Corea del Norte, Somalia y Siria.
Las idas y venidas de la controvertida veda y el endurecimiento de requisitos para la autorización de viajes responden a la política prometida durante la campaña, e intentada por casi un año, de restringir la llegada a Estados Unidos de ciudadanos de países a los cuales el gobierno de Trump considera cono semilleros de terroristas.
Ya en la presidencia, Trump congeló la admisión de refugiados de esos países –alegando que los terroristas podrían filtrarse entre ellos– y los limitó a 45 mil por período fiscal, el nivel más bajo desde que en 1980 se promulgó la ley de refugiados.
La primera versión decretada hace un año prohibía toda la inmigración desde Sudán, Siria, Irán, Libia, Somalia, Yemen e Irak por 90 días, y suspendía el programa de refugiados por 120 días.
La segunda prohibía la inmigración de los seis primeros países por 90 días y continuaba la suspensión del programa de refugiados por cuatro meses.
Y la tercera, que es sobre la cual se espera que el Tribunal Supremo dé su fallo en junio, prohibió por tiempo indeterminado la inmigración desde Irán, Libia, Siria, Somalia, Yemen, Chad, Corea del Norte y Venezuela.
Las tres versiones que ha tenido la veda se toparon con recursos en los tribunales por parte de grupos que alegan que se trata de una discriminación ilegal contra las personas de un credo específico, los musulmanes. Todos los tribunales federales, de juicio y de apelación, que han tenido que lidiar con estas querellas encontraron ilegal o inconstitucional la veda.