«Yo crucé el océano en el vientre de mi madre»,2 cuenta Selva Casal en una entrevista sin apartarse un ápice de la verdad ni de su registro lírico misterioso. En efecto, su madre, María Concepción Muñoz, y su padre, el poeta, narrador y ensayista Julio J. Casal, habían perdido a una hija de 6 años, Josefina, en España. «Desde antes que yo naciese, mi padre y yo estábamos confabulados. Me concibió desde una muerte oscura, terrible. Tú naciste porque yo quise que nacieras, me dijo él un día. Era cierto. Mi madre siempre en la nostalgia de una hija perdida.»3
Deciden volver a Uruguay, donde el padre retomaría la mítica revista Alfar, fundada en La Coruña y que continuaría en Montevideo, ciudad en la que Selva nace a los pocos meses del arribo. Crece en un ambiente de estrechez económica, pero...
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