Esta semana un tribunal de apelaciones ratificó el fallo del juez Gonzalo Arsuaga que concedió prisión domiciliaria por motivos de salud a Nelson Calvete, ex gerente general del Cambio Nelson, procesado por un delito continuado de apropiación indebida.
Los ministros del Tribunal de Apelaciones de 4º Turno se basaron en la opinión de dos peritos del Instituto Técnico Forense (Itf) para quienes las patologías derivadas de la diabetes de tipo 1 que padece Calvete “requieren tratamiento medicamentoso, higiénico y dietético estrictos”, informó Subrayado el lunes 18. En particular, los últimos dos requisitos “no pueden ser adecuadamente contemplados en un centro de reclusión”, acotaron los forenses Sylvia Gamero y Ruben Arias en el documento al que Brecha accedió. En un escueto informe señalan que durante el período de reclusión la evolución de Calvete fue “desfavorable” y mostró “graves alteraciones en cuanto a la glicemia, potasemia, trastornos sensitivos y motores, y edemas de miembros inferiores”. Por esto concluyeron que la permanencia en la cárcel “sólo puede agravar la condición vital del paciente” y recomendaron “tomar medidas, como ser la prisión domiciliaria”, para que Calvete “tenga un contacto estrecho con su diabetólogo tratante, una dieta adecuada y evite el estrés de la reclusión”. Los ministros se acogieron a esa opinión y ordenaron cumplir el fallo de Arsuaga “con especial urgimiento”.
El ex gerente del Cambio Nelson ya se encuentra en su casa, confirmó a este semanario el abogado Edison Vilizzio. “Únicamente podrá abandonar su domicilio para efectuar controles médicos pertinentes a su estado y condición”, dispone el artículo 131 del Código del Proceso Penal en cuanto a este beneficio.
Calvete había ingresado hace seis meses a la Cárcel de Piedra de los Indios, en Colonia, tras ser procesado junto a su socio, el ex político colorado Francisco Sanabria, actualmente recluido en Campanero (Lavalleja). Vilizzio solicitó la prisión domiciliaria en mayo, alegando que su cliente corría “riesgo de vida” porque el centro penitenciario no podía atender las complicaciones derivadas de la diabetes ni los picos de hipertensión que se agravaron con el estrés del encierro. Una revisión forense confirmó este extremo y el 30 de junio el juez Arsuaga accedió a otorgar la prisión domiciliaria.1 Sin embargo, la fiscal Naupp, subrogante de Rodrigo Morosoli durante la feria judicial, entendió que los informes forenses eran confusos y no concluyentes, por lo cual recurrió el fallo. Poco después un tribunal le dio la razón y ordenó designar la citada junta médica del Itf para definir el destino del recluso.2 Mientras, Calvete fue trasladado a la cárcel Juan Soler, de San José, donde, según entendió el Instituto Nacional de Rehabilitación, podían ofrecerle una mejor atención. Tras recibir el informe del Itf, esta semana los ministros Luis Charles, Gabriela Merialdo y Ángel Cal ratificaron la prisión domiciliaria.
En el sistema penitenciario uruguayo hay casi 450 reclusos con algún tipo de diabetes. De acuerdo al último “Diagnóstico epidemiológico en centros de privación de libertad”3, casi el 4 por ciento de las personas privadas de libertad padece diabetes y solo 9,3 por ciento de quienes presentaban azúcar en la sangre (glucemia) estaba en tratamiento cuando se realizó el relevamiento.
Calvete “tuvo la valoración de cinco médicos, todos en igual sentido. En cualquier otro caso con uno es suficiente”, comentó Vilizzio a Brecha, como para aventar dudas sobre el estado de salud de su defendido o cuestionamientos respecto a la opinión del Poder Judicial, contraria a la de la Fiscalía.
- “Insalubre”, Brecha, 7-VII-17.
- “No tan rápido”, Brecha, 11-VIII-17.
- Incluido en “Salud y enfermedad en condiciones de privación de libertad”. Ops/Oms, Uruguay, julio de 2016.