Pero la verdad es que Solnit no se pierde nunca, a pesar de que, por momentos, la deriva parezca llegar a un punto de no retorno. El título es literal y su tema se vuelve el latiguillo del libro: «En la primavera de 1936, un escritor plantó rosales». El escritor es George Orwell, autor de Rebelión en la granja y 1984, luchador por la república en Cataluña y, por convicción, antitotalitario.
«Si guerra tiene un antónimo, quizás sea jardines», escribe Solnit, porque parte del asunto de este libro son, claro, los árboles y las plantas. Y es que más allá de la innegable belleza del mundo natural, hay algo que al ser humano no se le escapa y es, como ella misma escribe, «la sensación de tenaz continuidad que simbolizan». Es verdad: no reflexionamos mucho sobre los árboles, no nos detenemos a pe...
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