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Militares israelíes protestan contra la continuación de la guerra

Ya no más

Hace un par de semanas la prensa israelí comenzó a informar sobre una ola de cartas escritas por militares, tanto activos como retirados, en las que critican la continuación de los ataques en Gaza y exigen darles prioridad a las negociaciones para liberar a los rehenes.

Soldados israelíes en la Franja de Gaza / Afp, Gil Cohen

La primera carta apareció el 10 de abril. Estaba firmada por unos 1.000 integrantes de la Fuerza Aérea y acusaba al gobierno de Benjamin Netanyahu de violar el alto el fuego suscrito con la organización palestina Hamás en marzo. Afirmaba que la reanudación de la guerra no respondió a un interés nacional genuino y que impedirá lograr los dos objetivos principales de Israel (eliminar a Hamás y liberar a todos los rehenes). Los firmantes se mostraban también preocupados por «la erosión de la fuerza de reserva y el aumento de la cantidad de reservistas que no se están presentando al servicio militar».

Marinos, tanquistas, paracaidistas, infantes, cadetes e integrantes de otros cuerpos publicaron luego una seguidilla de cartas de apoyo a los aviadores, firmadas por unos 150 exoficiales de la Armada, 250 miembros de la inteligencia militar, 200 médicos reservistas, 1.600 soldados y oficiales de la infantería y los paracaidistas, 1.500 miembros activos y retirados del cuerpo de blindados y 1.700 cadetes activos y oficiales retirados del programa Talpiot, la élite de los cadetes israelíes.

Netanyahu opinó que estos militares eran «una pequeña minoría» de «anarquistas ruidosos» y «extremistas» financiados con dinero extranjero, mientras su ministro de Defensa, Israel Katz, dijo que el motivo de la carta era quitarle legitimidad a una guerra justa, al tiempo que el comandante de la Fuerza Aérea amenazó con dar de baja a todos los pilotos activos que la hubiesen firmado y el ministro de Finanzas, Bezabel Smotrich, el más brutal, dijo que liberar a los rehenes «no es lo más importante».

Las cartas de los militares impulsaron el debate sobre la guerra, sus objetivos y consecuencias. Debilitaron la fuerza del relato según el cual la guerra tiene un objetivo nacional «justo, importante y necesario», que Israel está defendiéndose de sus enemigos y que la prolongación de la masacre y la acumulación de crímenes de guerra fortalecen su seguridad. En estos días el propio jefe del Estado Mayor puso en duda que Hamás pueda ser exterminado. Parece claro que luego de 18 meses la organización palestina sigue resistiendo y que, por culpa del bombardeo indiscriminado de Gaza y la facilidad con la cual las tropas israelíes disparan sobre personas desarmadas, habrá rehenes que seguirán muriendo. 

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