SÍNTESIS. El 29 de agosto de 1966 los Beatles concluyeron una accidentada gira internacional, y poco después hicieron saber que ya no tocarían en vivo. Decidieron dedicarse únicamente a grabar y a filmar. Era algo que no tenía antecedentes en un grupo pop, aunque quizá se anunciara en el hecho de que, en esa gira, los Beatles no habían tocado ninguna canción de su último álbum, Revolver (1966), porque era imposible reproducirlas en vivo. La sensación general fue que el grupo se iba a disolver muy pronto, porque la concepción dominante seguía siendo que la música es en esencia un fenómeno en vivo, y las grabaciones nomás un registro, un souvenir, o como mucho una prótesis que permite conocer, recuperar y disfrutar las canciones a quienes no tienen acceso a los espectáculos.
Pero no: el 24 d...
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