Sobre el mediodía del viernes 8, el partido entre Uruguay y Chile por la primera fecha de las eliminatorias rumbo al Mundial 2026 solo podía verse por Direct TV, AUF TV (mediante el sistema pay-per-view, a un costo de 390 pesos) y ANTEL TV, exclusivamente para clientes de la telefónica estatal. Había una condicionante: con ANTEL TV solo se podía ver el partido a través del teléfono móvil, ya que el contrato impedía el casteo de la señal. De esta forma, solamente el 30 por ciento de los uruguayos podía ver el estreno oficial del equipo dirigido por el argentino Marcelo Bielsa en las eliminatorias; el resto debería ingeniárselas para hacerlo.
Sin embargo, tras arduas negociaciones, la AUF acordó con las empresas de cableoperadores la cesión de los derechos de transmisión de los partidos de las eliminatorias sudamericanas. En esas negociaciones jugó un rol relevante el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, quien se contactó con el presidente de la AUF, Ignacio Alonso, para mediar entre las partes y logró un pequeño posicionamiento de cara a la incipiente campaña electoral rumbo a 2024.
El acuerdo implicó una rebaja del 25 por ciento en las aspiraciones económicas de la AUF. El ente rector del fútbol uruguayo pedía 0,70 dólares por mes por cliente, pero el contrato se cerró por 0,52 dólares por mes por cliente (21,3 dólares por cliente). Esto derivó en una renegociación del contrato con Direct TV, que se plegó al descuento obtenido. Si se tiene en cuenta que en Uruguay hay unos 573 mil abonados a la televisión por cable, la AUF se garantizó unos 12,2 millones de dólares por los derechos de las eliminatorias.
No obstante, el acuerdo dejó sinsabores. El director de ANTEL en representación del Frente Amplio (FA), Daniel Larrosa, aseguró a Brecha que este acuerdo representó un beneficio para los competidores de la empresa estatal. En este sentido, el jerarca criticó que ANTEL no recibió ningún trato preferencial en el precio de la tarifa, pese a ser la primera empresa en comprar los derechos de televisación y uno de los principales auspiciantes del fútbol uruguayo.
«Es muy importante que ANTEL brinde contenidos. Lo que cuestiono es que esos contenidos sean de baja calidad en términos de utilidad para los clientes de ANTEL», afirmó Larrosa. Su posición quedó asentada en la reunión del directorio del jueves 14. Allí, Larrosa cuestionó que la empresa estatal no hiciera pesar sus acuerdos comerciales con el fútbol uruguayo para mejorar su posición negociadora.
«Todos los competidores de ANTEL, especialmente en contenidos de streaming, brindan estos servicios por múltiples dispositivos (laptops, computadoras, televisiones inteligentes). ¿Por qué nuestros competidores pueden hacerlo y nosotros no? Es incomprensible», opinó Larrosa. Es que en el actual esquema de telecomunicaciones los cableoperadores son competidores de ANTEL, ya que el gobierno los habilitó a vender servicios de internet fija. En los últimos meses, una decena de cables del interior y los tres cables de Montevideo (Montecable, TCC y Nuevo Siglo), propiedad de los canales privados de televisión abierta, obtuvieron la licencia de telecomunicaciones clase B, que habilita a prestar el servicio de transmisión de datos. Con esto ingresaron a un negocio que supera los 400 millones de dólares.
Días atrás, los cables montevideanos ya comenzaron a ofrecer servicios de internet, que los clientes pueden contratar sin la necesidad de ser abonados simultáneamente del servicio de cable. Para brindar esa prestación, las empresas iniciaron el cableado del tendido de fibra óptica y alquilaron la infraestructura de Dedicado SA para concretar la conexión. De momento, el servicio funciona solo para clientes del barrio La Blanqueada. Las tres empresas ofrecen el mismo plan, al mismo precio (El Observador, 20-IX-23).
MALA NEGOCIACIÓN
Las bases y condiciones del llamado realizado por la AUF a empresas de telecomunicaciones –fechado el 23 de agosto– plantearon la cesión de derechos audiovisuales «no casteables» para el territorio uruguayo de los 90 partidos de las eliminatorias. ANTEL ofreció pagar 750 mil dólares, pero pidió poder «castear» la señal; la AUF se negó, pero el negocio se cerró por la cifra inicial, sin negociar una baja.
«¿Cómo se puede negociar tan mal y quedar con derechos de transmisión tan restringidos? Es una pésima gestión. Para el apoyo somos los primeros, para los beneficios somos últimos», argumentó Larrosa. Incluso, el precio se mantuvo incambiado cuando los cableoperadores lograron una reducción del precio: «ANTEL fue la primera en adquirir los derechos y no nos rebajan nada», fustigó.
Según Larrosa, la empresa estatal no hizo pesar que es uno de los principales auspiciantes del fútbol uruguayo, con una inversión de
2,4 millones de dólares al año. Esto incluye un contrato de patrocinio de 650 mil dólares con las selecciones nacionales y medio millón de dólares para Peñarol y Nacional, así como unos 17 millones de pesos para los clubes en desarrollo y 2,3 millones de pesos para Organización de Fútbol del Interior.
En este sentido, estimó que bloquearle a ANTEL la posibilidad de casteo fue una imposición de los cableoperadores, en este nuevo escenario de competencia, para que el servicio de ANTEL no pudiera competir con sus productos. Su postura se sustenta en que el servicio de streaming restringido (sin casteo) surgió en el «pésimo» acuerdo con los canales 4, 10 y 12 para incluir su señal en la grilla de ANTEL TV, y ahora se extiende a los partidos de Uruguay y a los derechos del Mundial 2026. Así, criticó que la intervención de Delgado en las negociaciones ofició en favor de los privados y no de ANTEL, excluida de competir en igualdad de condiciones por los contenidos de la selección.
Así lo explicó, horas antes del partido, el presidente de la AUF. En declaraciones a 100% deportes (radio Sport), Alonso afirmó que el organismo tenía firmes expectativas de cerrar el negocio con las empresas de cable, y que para eso se les otorgaron diversas facilidades: «Hemos sido muy respetuosos con la negociación con la industria de la distribución».
Para esto, según el mandamás, se atendieron todos los parámetros que permitieran proteger «ese ámbito con respecto a las modalidades nuevas que existen hoy, como internet, el formato pay-per-view y los nuevos esquemas de televisión; [estos] los hemos vendido más caros o con otras restricciones para que no se acceda a una forma anticompetitiva con relación al cable», confirmó Alonso. A esto se le sumó «un precio bastante caro» del servicio de AUF TV.
Esta línea quedó explícita cuando representantes de TV Ciudad se contactaron con la AUF para tentar la posibilidad de transmitir el partido con Chile, cuando las conversaciones con los cables aún estaban abiertas. Allí, la asociación informó que no tenía intención de vender los derechos para televisión abierta, lo que dejó fuera del acuerdo al canal de la Intendencia de Montevideo y, de paso, también a Canal 5, aseguraron fuentes consultadas por Brecha. Los propietarios de los canales de cable de parabienes.