«¿Sabés qué me salvó a mí? Un lápiz.» Adrián escribía con la zurda. Y fue con la zurda que, en una celda del Penal de Libertad, allá por 2015, escribió El día después, la obra de teatro que le abriría las puertas a todo lo demás. «Vio pasar a una maestra que trabajaba en el penal y le gritó que necesitaba escribir, ella se acercó y le pasó un lápiz chiquitito por entre las rejas», cuenta Sergio Vulcano, profesor de la práctica de tercero de la formación en Educación Social.
Adrián nació en Piedras Blancas el 12 de setiembre de 1977. A Elizabeth, su madre, le pedía hasta el último día guiso de lentejas, «con arrocito aparte y con mucho caldo». Era fan de los Redondos, de la playa, de Foucault y de Deleuze. Era el tercero de cuatro hermanos. Tuvo dos hijos y la alegría de ser abuelo y tío. C...
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