—Tú afirmas que la pobreza, la desigualdad y la desocupación no son la explicación del aumento de la delincuencia en América Latina. Es una afirmación difícil de digerir desde una tradición de izquierdas.
—Yo también me considero parte de esa tradición, pero mi rol como académico ni siquiera es proponer soluciones; es hacer buenos diagnósticos de la situación con la mejor información disponible. Yo también pensaba que el problema era la desigualdad. Incluso arranqué por ahí. Pero lo que pasa es que yo creo que la desigualdad no subió. Desde los noventa hasta 2015, o hasta que llegó la pandemia, pasamos a ser sociedades un poco menos desiguales que a fines del siglo pasado.
Es verdad, como lo señaló muy bien el sociólogo Gabriel Tenenbaum en la presentación del miércoles en la Facultad de C...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate