Parecía un tipo duro. La voz campera, los cigarros, las cicatrices. Por culpa de esos pliegues alrededor de las comisuras, Miguel Briante tenía que mover sus labios con cierta dificultad. «Como si el cirujano, al operar de urgencia, no hubiera podido evitar coser fruncido», cuenta María Moreno. «Ese aire entrompado Lo hacía sexy e infantil. La boca no le cerraba del todo.» Qué raro, ¿no? Briante escribió poco y contenido, como si fuera un samurái. Si algo demostró desde la precocísima publicación de Las hamacas voladoras fue que sabía mantener la boca cerrada.
De acuerdo a los documentos, nació el 19 de mayo de 1944 en General Belgrano. Hablamos de una ciudad arquetípica de la provincia de Buenos Aires, a orillas del río Salado y a unos 162 quilómetros de Capital Federal. Si ahora tiene 15...
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