Si se confirman las promesas del Instituto Nacional de Estadística, a fin de año podrá saberse cuánto se ha extendido esa urbe fantasmal de casas vacías, de nobles edificios desvencijándose, en áreas donde Montevideo y otras ciudades de este país lo tienen todo para recibir a aquellos que terminan encontrando malas soluciones en las periferias.
Cuando en 2012 el diputado de Asamblea Uruguay Alfredo Asti y su suplente, Mauricio Guarinoni, presentaron su primer proyecto sobre viviendas abandonadas, hablaban de 133 hectáreas de edificios vacíos –espacio suficiente para que vivan 33 mil personas– solo en Montevideo. Tras demoras y enmiendas, la iniciativa derivó en la ley 19.676, que, vigente desde 2018, no parece haber modificado las cosas.
En octubre de 2021 Brecha daba cuenta de que, por es...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate