El hallazgo en la cuenca del Orange en Namibia encendió la mecha en el sur. El negacionismo del cambio climático, alimentado por el lobby petrolero y poderosos líderes mundiales, aportó también una fuerte dosis para el renacimiento de las exploraciones de hidrocarburos. Además, la virtual saturación de los yacimientos terrestres y la mala prensa del fracking mueven a la industria a explorar en los océanos, a miles de metros de profundidad, en lo que se conoce como exploraciones offshore. Todo eso, a pesar de que la entelequia llamada comunidad internacional se comprometió en todo tipo de acuerdos multilaterales –entre ellos, en el resonante Acuerdo de París de 2015– a discontinuar la explotación de combustibles fósiles, ya que el planeta se calienta más rápido de lo pronosticado. En 20 año...
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