—¿Cuál fue la razón por la que te uniste?
—Aquí somos todos voluntarios, médicos, enfermeros, políticos, marinos. Gente común y corriente, civiles autoorganizados y autogestionados, haciendo la labor que les corresponde a los gobiernos. Frente a la falta de acción por su parte, cuando me enteré del proyecto y sabía que podía ayudar, no se me ocurrió ninguna razón para no tomar acción frente a la realidad que está viviendo el pueblo palestino, una realidad que vemos en directo por la televisión desde la comodidad de nuestros hogares.
—¿Qué actitud deberían tener respecto a la flotilla los gobiernos del mundo, incluido el uruguayo?
—Muchos todavía no han podido intervenir como se debería, denunciando el genocidio. Por eso tenemos que actuar los civiles. Si seguimos denunciando lo que pasa y tomando acciones, cada vez van a ser más los gobiernos que se involucren.
—¿Qué rol creés que deberían jugar en este momento tanto las autoridades como las organizaciones sociales en Uruguay frente a este tema?
—Denunciar el genocidio y tomar acción. Bloquear relaciones con el Estado sionista de Israel y garantizar nuestro derecho de navegar libremente en aguas internacionales y gazatíes para abrir un corredor humanitario por tierra y por mar. Las personas en Uruguay también podemos organizarnos y presionar al gobierno para que adopte estas medidas.
—¿Qué escenarios esperan que se den en caso de que Israel interrumpa la marcha de la flotilla, como ya dijo que hará?
—El Estado sionista no tiene jurisdicción a donde nos estamos dirigiendo, y en el caso de la flotilla Sumud, cualquier intercepción por su parte debería ser considerada un secuestro, que rompe con las leyes internacionales y los convenios de mar. Nos atacan e intimidan también a nosotros. Hace dos noches nos atacaron en aguas internacionales durante cinco horas, con dispositivos explosivos más de una decena de veces, lo que provocó daños irreparables en alguno de los barcos. Pero estamos amparados por el derecho internacional de navegar libremente y no llevamos más que medicamentos, comida y agua. Somos una misión pacífica, no violenta, de personas comunes y corrientes. Por eso necesitamos el apoyo de nuestros pueblos y gobiernos para garantizar nuestro pasaje y denunciar los crímenes que se están cometiendo tanto en Gaza como contra nuestra flotilla.