Aunque el índice de privaciones múltiples (Ipm) no es nuevo en la región, esta es la primera vez que se utiliza adaptado a la sociedad uruguaya, lo que implicó un cambio de paradigma en la metodología de investigación. Sus resultados complementan las mediciones oficiales y permiten orientar las políticas públicas a una población específica –en este caso niños, niñas y adolescentes–, explicaron el martes pasado las economistas Maira Colacce y Victoria Tenenbaum.1
No es novedad que los índices de pobreza bajaron en la última década. En 2006 era pobre casi el 52 por ciento de los niños y adolescentes de 0 a 17 años, mientras que en 2014 esa cifra descendió al 18 por ciento. A la vez, el Ipm (para el período 2006-2014) cayó de 17 a 11 por ciento. La reducción más pronunciada se dio entre 2008 ...
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