La lluvia seguía sin dar tregua en la mañana del sábado 16 de abril, cuando los gestos de solidaridad de los uruguayos se enfocaban en la ciudad de Dolores, azotada por un tornado el día anterior. A la tarde, sin embargo, las miradas y las acciones debieron diversificarse hacia buena parte del país, ante el desborde de decenas de cursos de agua que comenzaban a expulsar a la gente de sus casas.
Uno de los primeros lugares a los que debió prestársele atención fue la ciudad de San José de Mayo, ubicada en las inmediaciones del río del mismo nombre –fuente que abastece a la ciudad de agua potable– y del que el pasado fin de semana sus habitantes conocieron su lado más negativo, el de la destrucción.
Desde el viernes 15 hasta el miércoles 20 a las 7 de la mañana habían caído sobre la Estación ...
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