Más de seis meses después del derrocamiento de Bashar al Asad, el gobierno de Ahmed al Charaa no puede aún hacer pie en el noreste y el sur del territorio. Ni kurdos (en el norte) ni drusos (en el sur) confían en una administración conformada por yihadistas que hasta no hace mucho tiempo rendía pleitesía a Al Qaeda. Desde el derrocamiento de Al Asad, el 8 de diciembre de 2024, en Occidente intentan por todos los medios respaldar el régimen actual. Estados Unidos y sus aliados europeos dejaron de lado las críticas al grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS) –calificado como terrorista hasta hace nada– y ahora buscan descomprimir la situación interna.
«NORMALIZACIÓN» POR SANCIONES
Estados Unidos es la punta de lanza para «normalizar» las relaciones de Siria con sus vecinos, en especial con el agresi...
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