En los últimos comicios autonómicos el independentismo catalán retrocedió levemente, pero logró mantener la mayoría absoluta en el parlamento. El presidente catalán, Carles Puigdemont, se enfrenta a un dilema: si hace caso a los resultados de las urnas y vuelve a Barcelona para asumir nuevamente como mandatario, policías y jueces lo detendrán y encarcelarán.
Será, en principio, un adiós. Este 31 de diciembre, los alrededor de 8 mil guardias civiles y policías enviados por el gobierno de Mariano Rajoy a Cataluña para impedir (por la fuerza) cualquier intento de independencia celebrarán el fin de año en sus hogares. Sin embargo, ni ellos ni sus jefes descartan que tengan que volver en los próximos meses, o incluso semanas. Su destino está atado al de otro hombre: Carles Puigdemont, el presid...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate