Empieza a andar la nueva legislatura en Cataluña bajo una incertidumbre de primer orden: nadie sabe qué ocurrirá con Carles Puigdemont, que el Parlament busca investir. Los servicios de inteligencia de España han reforzado los controles ante la previsión de que abandone sorpresivamente su exilio en Bélgica y aparezca en Barcelona.
Sarrià de Ter es un pequeño y apacible pueblo catalán. Aquí, oficialmente, rara vez pasa algo que trascienda en los medios nacionales. Hacía ya unos cuantos años que sus 5 mil habitantes no veían aparecer el nombre del municipio en los titulares. Se leyó algo allá por 1983, cuando logró independizarse de la vecina ciudad de Girona, a la que había sido anexionado en 1975. Pero hoy, otra vez, se habla de Sarrià. O mejor dicho, de su alcalde. Roger Torrent, un polít...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate