El general Luis Vicente Queirolo ordenó tomar represalias con familiares de exiliados, en el marco de su enconada guerra con el general Gregorio Álvarez por el control del Ejército en vísperas de la apertura política.
Familiares de uruguayos que vivían en el exterior y que estaban requeridos por las autoridades militares fueron señalados en 1981 como posibles blancos de represalias para el caso de que se produjera un ataque a una unidad militar. A estar por los antecedentes (los fusilados de Soca, las ejecuciones en Argentina), es de suponer que la represalia incluía asesinatos y desapariciones forzadas. La orden fue emitida por el entonces comandante en jefe del ejército, general Luis Vicente Queirolo, y destinada al entonces director del Servicio de Información de Defensa (Sid), general ...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate