La porción de votantes en Estados Unidos que, a pesar de escándalos y desatinos, sigue apoyando a Donald Trump y desconcierta a sus adversarios muestra que ninguno de los dos partidos políticos tradicionales ofrece respuestas atractivas.
El martes, en Virginia, Paul Manafort, el ex jefe de la campaña electoral del ahora presidente Donald Trump, fue condenado por ocho delitos que incluyen fraude bancario, y tiene por delante otro juicio por cargos similares. Casi a la misma hora, en Nueva York, Michael Cohen, el ex abogado personal y arreglaentuertos de Trump, se declaró culpable de ocho delitos, incluido el pago –a pedido de Trump– de sobornos a dos mujeres que dicen haber tenido encuentros muy cercanos e íntimos con el ahora presidente, entre ellas la actriz porno Stormy Daniels.
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