El paso atrás del gobierno probablemente hará mermar los tranques viales que se multiplicaron en las últimas semanas en toda Francia. Pero los gilets jaunes presentan un espinoso dilema para la izquierda, que busca un mayor anclaje popular.
Finalmente se rindió. La presión de los “chalecos amarillos” fue demasiada, y el gobierno francés decidió postergar por seis meses su decisión de aumentar el precio de los combustibles –supuestamente tomada con el fin de financiar la “transición energética” hacia fuentes menos contaminantes–, congeló las tarifas de luz y gas hasta que pasen los meses de invierno y aplazó un plan de revisión técnica de los vehículos más contaminantes.
Tras esos anuncios, en algunas zonas de Francia los bloqueos de rutas y las manifestaciones de estos grupos informales de...
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