La arrasadora victoria de Nayib Bukele en las elecciones presidenciales –ganó ya en la primera vuelta– esconde lo que en realidad fue un duro golpe a la democracia salvadoreña; menos de la mitad de los ciudadanos habilitados para votar lo hicieron. El presidente electo logró seducir a una cuarta parte del electorado y desarmar a sus rivales –los partidos tradicionales Arena y Fmln– con una hábil comunicación política y un programa poco concreto.
Eran las 21.48 del domingo 3 de febrero cuando Nayib Bukele declaró: “Podemos anunciar con plena certeza que hemos ganado la presidencia de la República de El Salvador”. Esas fueron las palabras del presidente electo más joven en la historia de El Salvador, quien arrasó en las elecciones acumulando 53 por ciento de los votos válidos en la primera v...
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