Con algo de humor, podemos responder: la
danza contemporánea es una danza que se resiste a ser definida. Si hacemos una
lectura cómplice, diremos: una danza que piensa con el cuerpo sobre temas del
presente. Si respondemos hostilmente, probablemente expresaremos: una danza
hermética hecha sólo para entendidos. Si nos ponemos historicistas, alegaremos:
una danza que surgió en Nueva York, Estados Unidos, en los años setenta,
continuó su proceso de desarrollo influenciada por la danza conceptual europea
de los noventa y se desarrolló en un proceso de hibridación,
internacionalización y profesionalización en la posmodernidad. Como todo lo que
se esfuerza por permanecer ambiguo, abierto y en proceso de creación, muchas
lecturas e interpretaciones conviven en torno a este campo, llamado “danza
c...
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