Se trata del cierre de un período, de un fenómeno cinematográfico alimentado por la publicidad masiva y las ansiedades globalizadas y colectivas. Los resultados siguen siendo sorprendentes: en su primera semana de exhibición, esta película1 recaudó 1.200 millones de dólares, más que lo que en su momento generó Capitana Marvel, el filme anterior de la misma compañía, Marvel Studios, a lo largo de toda su exhibición en salas. La compañía parece haber descubierto la pólvora: al hacer que varias de sus sagas confluyan y llenar la pantalla con sus variopintos superhéroes, el éxito y la recaudación parecen verse potenciados.
El elenco sería la envidia de cualquier superproducción jamás concebida; basta darle un vistazo. A los ya tradicionales Robert Downey Jr., Scarlett Johansson, Mark Ruffalo, Chris Hemsworth, Jeremy Renner y Chris Evans hay que sumarles algunas caras nuevas y de anteriores entregas: el omnipresente Benedict Cumberbatch, Paul Rudd, Brie Larson, el joven Tom Holland, Natalie Portman, Gwyneth Paltrow, Elizabeth Olsen, Tom Hiddleston, Josh Brolin, Chris Pratt, Samuel L Jackson, Don Cheadle, Zoe Saldaña, Evangeline Lilly, Rene Russo y hasta los incombustibles Marisa Tomei, Robert Redford, Angela Bassett, Tilda Swinton, Michael Douglas, Michelle Pfeiffer y William Hurt. Más allá de las cifras, este listado, que reúne cuatro generaciones diferentes, podría hacerle al lector ajeno a la saga una idea de lo que supone la dimensión presupuestaria de esta megasuperproducción. Claro está que varios de estos intérpretes tienen apenas una fugaz aparición en la pantalla, pero es suficiente para colaborar con la difusión de un tanque en el cual el carisma y la simpatía de los personajes son tan importantes o más que las escenas de acción en sí, que esta crucial premisa sabe explotar notablemente.
El comienzo de la película se ubica cronológicamente al final de su predecesora Avengers: Infinity War, y es cierto que poco sentido tiene su visionado si no se vio esa otra: en rigor, es probable que cuanto más embebido esté el espectador en el universo Marvel y sus películas previas, más pueda disfrutar de las constantes y múltiples referencias nombradas, e identificar la infinidad de personajes que van apareciendo. De hecho, la trama tiene que ver con los viajes en el tiempo y lleva a los protagonistas a varios de los escenarios ya presentados en las películas anteriores, en un extenso periplo plagado de autorreferencias. Por fortuna, los hermanos directores Anthony y Joseph V Russo (también directores de Avengers: Infinity War, que es muy superior a esta) supieron darle ritmo y gracia a un metraje de 181 minutos, dosificando una tensión casi constante e intercalándola con efectivos alivios humorísticos.
Ahora bien, una película que regresa a los mismos escenarios con los mismos personajes produce inevitablemente la sensación de que todo lo expuesto ya fue visto anteriormente y de que esta vez es presentado con algunas tenues variaciones, algo similar a lo que ocurría con la saga El hobbit luego de las tres extensas entregas de El señor de los anillos. La jubilación forzada, ya sea por la desaparición o el deceso de varios personajes clave, quizá sea, por fortuna, una señal de renovación.
1. Avengers: Endgame. Anthony Russo, Joseph V Russo, Estados Unidos, 2019.