La vertiginosa elaboración de sabores venezolanos en el puesto de Leymar, uno de los más concurridos, fue interrumpida por dos inspectores de la Intendencia el domingo 18. De ahí en más, ni ella ni ningún otro feriante podría instalarse en la avenida principal de Montevideo y sólo se aceptarían en Tristán Narvaja aquellos que tuvieran autorización. Desde la Intendencia, explicaron a Brecha que la medida responde a un “reacomodo” de la feria popular, pero no otorgaron ninguna información concreta sobre cómo estos feriantes pueden regularizar su situación.
18 de Julio y Tristán Narvaja. Hay gente
amuchada en una esquina, y, detrás de un mostrador, numerosos brazos cubiertos
de guantes celestes meten, sacan, cobran y sirven a una señora que pregunta qué
tiene la salsa, mientras un muchacho de...
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