A sus 92 años, el general retirado Pedro Aguerre Albano no reniega de su formación ni de su pasado, pero percibe a su antigua profesión como un arma de doble filo: “Porque en el militar se hace carne el mando”. El predicamento de Guido Manini Ríos lo inquieta, así como el persistente influjo de Estados Unidos, con Trump a la cabeza, y el correlato regional de la ultraderecha encarnada en Bolsonaro. Ascendido durante la administración de Azucena Berrutti como integrante del puñado de militares que combatió las tendencias golpistas en el Ejército –lo que le costó más de diez años de cárcel–, Aguerre se define como socialista. Pero, sobre todo, como librepensador.
No se divisan rastros
de la vida militar del general en su luminoso apartamento del Parque Rodó. En
las paredes hay, sobre todo, p...
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