Australia es un
presagio de la catástrofe climática. Entre 4 y 5 millones de hectáreas se han
quemado en los últimos seis meses, un área del tamaño de los Países Bajos.
Docenas de personas han muerto, cientos de hogares se han perdido, y otros
cientos de miles han debido ser evacuados. Quinientos millones de animales han
muerto. Millones de personas han estado respirando el aire tóxico lleno de humo
que cubre desde hace meses las grandes ciudades del país. El último mes, se informó
que una mujer sufrió dificultades respiratorias y murió asfixiada tras
desembarcar de un avión en Canberra.
Este es
sólo el comienzo de la temporada de incendios, no su final, y esta bien podría
ser la nueva normalidad de muchos veranos de aquí en más. Pero también podría
ser el comienzo de un giro en la polític...
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