El triple homicidio del Cerro disparó de forma automática “la hipótesis narco”, que no resistió los primeros movimientos de la investigación. La amenaza externa invocada en la inminencia se volvió como un búmeran contra el propio Estado, desnudando sus áreas de contacto con el mundo del crimen. En tanto, la dimensión financiera del comercio de sustancias prohibidas sigue esperando las tapas de diario, las indignaciones y las rebeldías que con tanta facilidad despiertan otras expresiones del delito.
Casi por reflejo,
la investigación apuntó a un “crimen narco”, un asesinato “a la mexicana”
promovido a raíz de recientes operativos contra el tráfico de drogas ilegales;
un ataque frontal del crimen organizado contra el Estado y una afrenta a la
institucionalidad. Tres infantes de marina fueron...
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