Siempre, la correspondencia. La que Emily Dickinson escribió a Susan Gilbert, su cuñada, casada con Austin, el hermano mayor de la poeta. Una correspondencia censurada, que empezó a ver la luz verdaderamente con la publicación, en 1998, de Open Me Carefully: Emily Dickinson’s Intimate Letters to Susan Huntington Dickinson. También la de Virgina Woolf con Vita Sackville-West. Las cartas de Virginia se publicaron en seis volúmenes a mediados de los años setenta; las de Vita, diez años más tarde. En esas cartas está el registro de un amor como cualquier otro gran amor: los celos, la expectación, el deseo, los nombres tontos, la minucia diaria de quienes apenas soportan separarse. Pero está también la literatura. Y es desde el conocimiento más profundo de estas relaciones y de la correspondenc...
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