Corre el verano de 1968 y Estados Unidos se encuentra en la cúspide de la turbulencia. A los asesinatos de John F. Kennedy y Malcolm X le siguen los de Martin Luther King Jr. y Bobby Kennedy. La guerra de Vietnam alcanza ya la friolera de 1.000 soldados estadounidenses muertos cada mes, por no hablar de vietnamitas. El clima de descontento es generalizado y las manifestaciones contra la guerra encienden las calles con cuestionamientos orientados especialmente hacia el gobierno y el Partido Demócrata, del cual el presidente Lyndon B. Johnson es el líder.
Varias organizaciones de izquierda confluyen en Chicago en una serie de actividades, encuentros y marchas en torno al Anfiteatro Internacional, sitio en el que se celebraba el Congreso Nacional Demócrata. A pesar de que los líderes de los g...
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