Nayib Bukele es presidente de El Salvador desde hace menos de dos años. Joven y con apoyo de muchos electores, su lema ha sido terminar con los vicios de «los mismos de siempre», es decir, los dos partidos mayoritarios que dominaron la política salvadoreña los últimos 30 años. Ambas formaciones, la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y la exguerrilla, convertida en partido político, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), se desgastaron gobernando durante décadas un país altamente polarizado entre derecha e izquierda.
Durante esos gobiernos, y como consecuencia de una guerra civil de 12 años (1980-1992), muchas familias salvadoreñas migraron a Estados Unidos. Allí los hijos de los migrantes aprendieron a asociarse, en las calles, en pandillas dedicada...
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