Un título capicúa (y de 17 letras) no se elige porque sí. Podemos pensar que el autor nos está diciendo: «Para mí, esto de las letras es un juego; como el Scrabble o los crucigramas, como escribir rimando». Se puede pensar en AgarralaGalarraga1 como en un juego de armar, de ordenar la memoria, un artefacto para reconstruir una época que se basa en detalles no siempre registrados.
Se trata de una novela en la que viven los códigos de la infancia, las zonas «prohibidas» de los barrios, los grandes secretos compartidos, las primeras preguntas filosóficas, la solidaridad entre pobres, las historietas, los educadores informales. Se presentan determinadas formas de fantasía que luego desaparecen y, en general, el centro está puesto en los vericuetos del crecimiento personal. Todo eso está ubicad...
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