El título, Sartorio, viene del latín sartor y significa ‘sastre’. También nombra un músculo humano que conecta la cadera con la rodilla, permitiendo la posición característica de quien confecciona un traje o un vestido al hincarse en tierra para obtener medidas. De esta forma, el texto –también del latín, ‘tejido’– y el cuerpo se unen a través de los poemas de María Laura Blanco (Montevideo, 1956) en una urdimbre que funde carne y palabra. Y si del corpus se trata, encontraremos nueve secciones cuyos encabezados refieren al oficio: «Papel de molde», «Hilos y agujas», «Suturas», etcétera.
El libro teje un cuerpo que es la trama de vida: la infancia en un barrio obrero, la sempiterna presencia del río mar, los vínculos amorosos, los sueños y la soledad que tapizan lo cotidiano, los terrores ...
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