Aquello de no tropezar dos veces con la misma piedra parece estar presente en la toma de decisiones del gobierno. Si el triple incremento del precio de los combustibles durante el último invierno fue un envión determinante para la recolección de firmas contra la Ley de Urgente Consideración (LUC), este verano el oficialismo fue más cuidadoso en el ajuste de las tarifas, al otear el referéndum que se avecina a finales de marzo. La «fijación de las tarifas de los servicios públicos basadas en criterios técnicos definidos por las unidades reguladoras», consignada en el Compromiso por el País, de la coalición multicolor, quedó por el camino, al menos de momento. Aunque los ajustes fueron variables –con dos congelamientos–, el gobierno los anunció en conjunto, enfatizando que ninguno de ellos s...
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